PRESENTACIÓN
En la era contemporánea, estamos inmersos en una fase de profundas transformaciones que abarcan los ámbitos tecnológicos, económicos y sociales. Nos encontramos transitando hacia una sociedad del conocimiento, donde el saber y la información han adquirido un rol preponderante, redefiniendo los cimientos mismos sobre los cuales se construyen las estructuras laborales y sociales. Este escenario exige la incorporación de nuevos contenidos, métodos innovadores, medios tecnológicos avanzados y configuraciones sociales que favorezcan formas de trabajo más colaborativas y adaptativas. Como consecuencia, surge la necesidad imperiosa de replantear el modelo de formación profesional, orientándolo hacia una educación tecnológica que no solo se adecue a estas demandas, sino que también anticipe y moldee las futuras exigencias del mercado laboral globalizado.
En paralelo, el mundo sigue experimentando los efectos prolongados de la pandemia de COVID-19, un evento que ha catalizado la denominada "nueva normalidad" y ha inducido cambios radicales en todos los sectores, particularmente en el educativo. En este contexto, se han impuesto desafíos inéditos que exigen una rápida adaptación, centrada en la implementación de la enseñanza remota, el uso intensivo de plataformas virtuales de aprendizaje, y el fortalecimiento de las competencias tanto de docentes como de estudiantes. Además, ha surgido la necesidad de establecer normativas que no solo regulen estos nuevos entornos educativos, sino que también aseguren la prestación de un servicio educativo de calidad, donde todos los actores involucrados en el proceso puedan experimentar una satisfacción genuina por los logros alcanzados. Este nuevo paradigma requiere un enfoque integral, capaz de integrar las lecciones aprendidas durante la pandemia y proyectarlas hacia un futuro educativo más resiliente y equitativo.